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LOS PIES DE ULISES

Fui devorado por el mar,

pero mis pies memorizaron Ítaca, su hierba  y el misterio condenado a mí.

Por ellos regresé multiforme  y primitivo de sandalias.

Allí, velaron mi nombre una y mil noches, bajo las estrellas y cerca del Egeo.

Alguien rozó la sagrada marca en mi piel y preguntó:

¿Quién eres?

Sólo mis huellas, arquitectas de infamias, reposaron en paz en salinas aguas,

olvidaron la resina de las zateras y dejaron de oler a maderos.

A expensas del mundo mis plantas  buscaron las sombras y otra voz delató:

¿Dónde irán tus pies?

Y vinieron hacia mí los naufragios y los vientos.

Yo, soberano en intrigas, no pude contra mí y me pregunté:

¿Quién me recuerda?

                                     Y el mar rugió memorioso desde la alta orilla.

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