BERISSO EN PALABRAS
creado por Ángela Gentile
Una ciudad que encuentra en la palabra, la eternidad de su historia
Es un sitio de consulta, registrado. Si utiliza los datos debe citar esta fuente
FUGAZ
Diminuta
estrella de pan.
Latido.
Fin de la sombra.
Pequeña quietud.
Rocío.
La vida se duerme
sobre una flor.
Te nombra la luna.
Y allí el viento
embebido de cantares.
Te hace color.
ESTABAS
En la mesa de la mañana,
el brillo de las manzanas,
el aroma de la cocina,
la puerta semiabierta,
en el canto de las cucharas,
estabas
En el filo de la sombra de los cuadros,
La llama del madero que abraza los inviernos
el sillón ocre de esta casa grande,
en las sábanas que jamás volverán a cubrirme estabas
Abrazada a mi camisa de lilas, recostada sobre la ultima estrella del verano,
estabas... estabas. Pero yo, andaba de cristales.
[A VECES PARTIR...]
A veces partir,
es andar lentamente hacia adentro. Intentar una pirueta.
Una inocente vuelta por el aire. Saltar sin red.
Gritar sin voz.
Abrir de par en paz,
la última alegría.
Extenderla entre los labios.
Mientras el tiempo diseña la memoria.
Sutil gesto de la vida,
que a mis espaldas se perderá,
en el baile de los tiempos...
JAZMINES
Yo te vi partir el alba.
La vida se abría en jazmines,
con paso breve, suave
sobre este río de aire.
Sospechaba tu vuelo.
Las flores poblaban el viento,
mi tiempo,
y tus alas.
Amanecía tu sueño.
La magia se deslizaba,
sólo tú mirada...
sola tú mirada...
Te veía pasar.
Y las aves de la ausencia
con mi ángel,
te llevaron.
Te imaginaba lejana.
Mi sombra suspendida, te cantaba.
Prisionero de la luna, he andado frágil,
entre canciones olvidadas.
CAMINO
Camino,
por estas calles,
donde ya nadie anda.
Será tal vez,
la búsqueda
de algún fantasma,
alguna historia.
La certidumbre
de un abrazo en silencio.
Algún cataclismo
de primaveras en las manos.
Una flor, una luz, una boca
y el amor,
muerto de amor,
en un balcón.
No se,
en realidad no se.
A veces camino,
por estas calles donde ya,
ni mi sombra anda.
Fuimos parte de vientos distintos,
dueños de otras bocas,
otras manos,
otras palabras.
Con el amor en la solapa
intentamos la esperanza...
Y nos perdimos,
en el gris de otros ojos.
En esta soledad
absurda y pasional
que saquea las ciudades
siempre te he buscado.
Te cuidaré.
En las voces del asombro.
No importa el tiempo
ni la distancia
Me quedaré... sobre tu hombro,
donde comienza tu cuello delgado,
en un latido, como tu ángel,
te cuidaré.
Escribo.
Para que tú no lo hagas.
Sean estas,
peregrinas por tu aire.
Las dejo en el papel,
que mora en tus canciones.
Naves encendidas,
en tu puerto.
Una voz de negra cuna
aleja noviembre y sus días.
Ya no será mi destino.
Ni mi razón, ni mi cama.
Solo un viaje de palabras,
gira por tu casa blanca.