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FUGAZ

Diminuta

estrella de pan.

Latido.

Fin de la sombra.

Pequeña quietud.

Rocío.

La vida se duerme

sobre una flor.

Te nombra la luna.

Y allí el viento

embebido de cantares.

Te hace color.

ESTABAS

 

En la mesa de la mañana,

el brillo de las manzanas,

el aroma de la cocina,

la puerta semiabierta,

en el canto de las cucharas,

                                   estabas

En el filo de la sombra de los cuadros,

La llama del madero que abraza los inviernos

el sillón ocre de esta casa grande,

en las sábanas que jamás volverán a cubrirme                                                                       estabas

Abrazada a mi camisa de lilas, recostada sobre la ultima estrella del verano,

                                                 estabas... estabas. Pero yo, andaba de cristales.

[A VECES PARTIR...]

 

A veces partir,

es andar lentamente hacia adentro. Intentar una pirueta.

Una inocente vuelta por el aire. Saltar sin red.

Gritar sin voz.

Abrir de par en paz,

la última alegría.

Extenderla entre los labios.

Mientras el tiempo diseña la memoria.

Sutil gesto de la vida,

que a mis espaldas se perderá,

en el baile de los tiempos...

JAZMINES

Yo te vi partir el alba.

La vida se abría en jazmines,

con paso breve, suave

sobre este río de aire.

 

 

Sospechaba tu vuelo.

Las flores poblaban el viento,

mi tiempo,

y tus alas.

Amanecía tu sueño.

La magia se deslizaba,

sólo tú mirada...

sola tú mirada...

 

 

Te veía pasar.

Y las aves de la ausencia

con mi ángel,

te llevaron.

Te imaginaba lejana.

Mi sombra suspendida, te cantaba.

Prisionero de la luna, he andado frágil,

entre canciones olvidadas.

CAMINO

Camino,

por estas calles,

donde ya nadie anda.

 

Será tal vez,

la búsqueda

de algún fantasma,

alguna historia.

 

La certidumbre

de un abrazo en silencio.

 

Algún cataclismo

de primaveras en las manos.

 

Una flor, una luz, una boca

y el amor,

muerto de amor,

en un balcón.

 

No se,

en realidad no se.

 

A veces camino,

por estas calles donde ya,

ni mi sombra anda.

Fuimos parte de vientos distintos,

dueños de otras bocas,

otras manos,

otras palabras.

 

 

Con el amor en la solapa

intentamos la esperanza...

Y nos perdimos,

en el gris de otros ojos.

 

 

En esta soledad

absurda y pasional

que saquea las ciudades

siempre te he buscado.

 

 

Te cuidaré.

En las voces del asombro.

No importa el tiempo

ni la distancia

 

 

Me quedaré... sobre tu hombro,

donde comienza tu cuello delgado,

en un latido, como tu ángel,

te cuidaré.

Escribo.

Para que tú no lo hagas.

Sean estas,

peregrinas por tu aire.

Las dejo en el papel,

que mora en tus canciones.

Naves encendidas,

en tu puerto.

Una voz de negra cuna

aleja noviembre y sus días.

Ya no será mi destino.

Ni mi razón, ni mi cama.

Solo un viaje de palabras,

gira por tu casa blanca.

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