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RAÚL ZELENIUK, POETA

Nació en Berisso el 6 de diciembre de1957  en la mítica calle Nueva York. Falleció en Brasil en 1989. Estudió en la Escuela Nº  9 "América". Estudió en la facultad de filosofía y letras de la UNLP fue y vivió como un soñador.

PALABRAS ANTE UNA AUSENCIA

 

 

Raúl Zeleniuk descubrió lo abierto. Casi equivale a decir que descubrió la poesía. Lo abierto en la vida, en las cosas, pero además en el lenguaje. Y encontró también algo que tampoco es fácil de halalr; esa alegría que se cubre a menudo con el silencio y con las mareas de lo oscuro.

Tomó lo sencillo, lo elemental, lo próximo y encontró  la forma limpia de convertirlo en único, “honrando misterios”, sabiendo con Saint- Exupéry que “lo esencial es invisible a los ojos”.

Raúl Zeleniuk comprendió que “este siglo vive artificialmente” y que la vida de la mayoría de los hombres es un proceso impuesto y mecánico. Le quedaba entonces una opción (que confesó estremecidamente en una de sus cartas : “Asumo en un todo al poeta que hay en mí”. Es natural, entonces, que llegara a querer sus poemas con “un amor descabellado”. No podemos dejar de sentir que la vida o lo que sea debió darle más tiempo para vivir su “pasión  por la poesía”.

No sé si a Raúl Zeleniuk le es aplicable aquel viejo decir que afirma que los amados de los dioses mueren jóvenes, pues creo que la vida nunca pasa de ser un comienzo y entonces todos los hombres mueren jóvenes. Además, la poesía no tiene edad y los dioses tampoco. Pero pienso que sí le es aplicable aquello que él mismo dijo en uno de  sus poemas, aunque en otro contexto: “Nunca tanta muerte absurda como ahora”.

Y tal vez resulte oportuno repetir con él y referirle aquellos versoso donde, luego de negar la posibilidad de olvidar a un amigo, trazó estas líneas de verdadera poesía:

                                               Y hasta dicen que le recuerdo puede,

                                               llegado el caso,

                                               hacer girar los adustos mapamundis

                                               y las taciturnas maletas

                                                                                              y rescatarnos íntegros

                                               en aromadas diagonales

                                               de presencia y asombro recurrentes.

Sólo la poesía abre la visión y permite vislumbrar estas cosas. La vida de Raúl Zeleniuk, no sabemos si corta o larga en la escala de la realidad abierta, fue iluminada por la poesía. Que la poesía ilumine también su ausencia.

                                                                                                           ROBERTO JUARROZ

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